Ayatito: El secreto silvestre de la gastronomía mexicana
Esta flor comestible, poco conocida fuera de las comunidades rurales, crece en los pastizales del Bajío y ofrece un abanico de posibilidades culinarias tan bello como nutritivo.
México es un país abundante en biodiversidad y tradiciones culinarias que beben de su entorno natural. Dentro de esa riqueza poco explorada se encuentra el ayatito, una flor silvestre comestible que ha sido parte de la alimentación tradicional en ciertas regiones, aunque hoy en día permanece casi en el olvido.
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Con el nombre científico Calochortus barbatus, esta planta bulbosa es originaria de México y puede medir entre 15 centímetros y un metro, dependiendo del ambiente en el que crezca. Aunque posee largas hojas protectoras que pueden alcanzar los 60 cm, su principal atractivo es la flor: una pequeña campana amarilla con matices rojizos o púrpuras, de delicada estructura pero gran potencial culinario.
La flor del ayatito florece entre agosto y septiembre en los pastizales del Bajío, y puede utilizarse de manera similar a la flor de calabaza. En muchas cocinas regionales se prepara en tortitas, con huevo, en salsas, o rellena en quesadillas. No obstante, su atractivo visual también la convierte en un excelente ingrediente para presentaciones más innovadoras, como ensaladas, cocteles o platillos gourmet.
Además de su valor estético y sabor sutil, el ayatito representa una oportunidad para revalorar la flora local y fomentar una alimentación más sustentable y conectada con la tierra.
