Por tercera vez desde su llegada a la presidencia de EE. UU., Donald Trump sostuvo un diálogo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el lunes por la noche. Sin embargo, las interpretaciones de ambos líderes sobre los resultados de la llamada difieren notablemente.
Según reportes del servicio de prensa del Kremlin, Putin participó en la conversación desde una escuela en las afueras de Krasnodar, en el sur de Rusia, mientras que Trump calificó el encuentro como un “día muy importante”. Esta diferencia en el tono inicial marcó la pauta de lo que sería una discrepancia en las percepciones posteriores.
Entusiasmo versus sobriedad en las declaraciones
Las reacciones posteriores evidenciaron posturas contrastantes. Trump manifestó optimismo, asegurando que Rusia y Ucrania iniciarían pronto negociaciones directas de paz. “Las condiciones serían negociadas entre ambas partes”, afirmó, y destacó el potencial económico de una futura relación comercial entre EE. UU. y Rusia una vez terminado el “baño de sangre” en Ucrania.
Por su parte, Putin se mostró más reservado, describiendo el diálogo como “abierto, informativo y útil”. Aunque expresó su disposición a trabajar en un “memorando para un futuro acuerdo” con Ucrania, no detalló los términos específicos.
Análisis de expertos
Alexandra Filipenko, analista política de origen ruso, señaló que las posturas de ambos líderes fueron “radicalmente” diferentes. Según ella, la conversación no generó avances concretos: “Han acordado seguir acordando, como tantas veces“.
Filipenko también destacó que Putin reiteró la necesidad de abordar las “raíces del conflicto”, en referencia a la oposición de Ucrania a unirse a la OTAN y a la anexión de territorios por parte de Rusia. Kiev ha rechazado estas condiciones, y la experta subraya que, desde 2022, Putin “no se ha movido ni un centímetro de su postura”.
