
La gentrificación y el sobreturismo se convierten en una amenaza silenciosa para los destinos más populares de México, donde el auge de visitantes ha transformado barrios enteros, desplazado comunidades y saturado los servicios públicos.
Turismo sin freno: una economía que expulsa a sus propios habitantes
Destinos como Tulum, San Miguel de Allende, Oaxaca y la Colonia Roma en CDMX se han vuelto epicentros del debate sobre el impacto del turismo masivo. Lo que comenzó como un impulso económico, ha derivado en una escalada de precios en renta y servicios, así como en el despojo silencioso de los habitantes originales, quienes ya no pueden pagar el costo de vivir en su propia ciudad.

Especialistas alertan que la gentrificación —el fenómeno por el cual una zona se transforma para satisfacer a turistas y nuevos residentes de alto poder adquisitivo— está ligada al crecimiento de plataformas como Airbnb. Tan solo en la CDMX, los precios de renta aumentaron hasta un 50% en zonas con alta presencia turística, según el Colectivo Curbed.
¿El turismo sostenible es posible?
El sobreturismo no solo impacta en el costo de vida: también afecta la infraestructura, el medio ambiente y la calidad de los servicios. En destinos como Holbox o Bacalar, la llegada de miles de turistas diarios ha rebasado la capacidad de carga ecológica, generando contaminación, escasez de agua y daños irreversibles a ecosistemas frágiles.
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Frente a este panorama, organizaciones locales y gobiernos han comenzado a implementar medidas de control: cupos limitados de visitantes, impuestos ecológicos, regulaciones a plataformas de renta corta y campañas para fomentar un turismo más consciente.
Nuevos modelos de viaje: menos selfies, más conexión
Viajar sin desplazar, consumir sin explotar y conocer sin invadir: esa es la nueva meta del turismo regenerativo, un enfoque que busca que el visitante no solo no dañe, sino que aporte a la comunidad que lo recibe. Aunque el cambio no será inmediato, cada vez más turistas buscan experiencias auténticas, sostenibles y respetuosas con la identidad local.