Los supermercados de la ciudad muestran un notable ajetreo mientras los habitantes se apresuran a adquirir los productos finales para su cena navideña.
Entre manzanas, canela, tejocotes y nuez, la gente se dirige principalmente a las áreas de frutas y verduras, buscando asegurarse de obtener estos ingredientes esenciales.
Mientras tanto, otros aprovechan para comprar ropa nueva, creando largas filas en las cajas de las tiendas, con el fin de llevarse las prendas seleccionadas para estrenar en esta noche especial.
También se observan algunos ‘Santa Claus’ despistados que, en un intento de última hora, buscan el regalo perfecto. Revuelven entre los estantes, esperando encontrar ese juguete deseado, como un Bowser o una Barbie, que quizás otro comprador dejó escondido con la intención de regresar más tarde.
Este bullicio se desarrolla en un ambiente sereno y festivo, reflejando el espíritu de la temporada. La comunidad se prepara para una noche destinada a unir a las familias en torno a la tradición y la celebración del nacimiento de Cristo.