Papa Francisco se mantiene estable, pero su estado sigue siendo delicado

El papa Francisco, de 88 años, amaneció estable este martes tras sufrir una nueva recaída en su salud. De acuerdo con fuentes vaticanas, el pontífice pudo reemplazar la mascarilla de oxígeno por una cánula nasal de alto flujo, lo que indica una leve mejoría en su respiración.
El líder de la Iglesia católica, quien lleva 19 días hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma debido a una bronquitis que evolucionó en doble neumonía, ha experimentado altibajos en su estado de salud. A pesar de haber descansado durante la noche, su pronóstico sigue siendo “reservado”, y su condición aún se considera compleja.
Recaídas y preocupación por su estado de salud
El Vaticano informó que el papa sufrió el lunes dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda debido a una acumulación de mucosidad en los bronquios, lo que requirió la intervención médica con broncoscopias. También presentó un nuevo broncoespasmo, lo que dificultó su respiración.
Su crisis más grave ocurrió el 22 de febrero, cuando tuvo que recibir una transfusión de sangre. Expertos en neumología han advertido que las hospitalizaciones prolongadas en personas de su edad pueden generar un desgaste físico significativo, aumentando los riesgos para su recuperación.
Ausencias y dudas sobre su estado a futuro
Desde su hospitalización el 14 de febrero, el papa Francisco no ha hecho apariciones públicas y su agenda ha sido modificada.
Se ha ausentado del rezo del Ángelus durante tres semanas consecutivas y tampoco participará en la celebración del Miércoles de Ceniza, lo que genera incertidumbre sobre su presencia en los actos de Semana Santa y Pascua.
Mientras tanto, fieles continúan reuniéndose a las afueras del hospital para orar por su recuperación, encendiendo velas y mostrando su apoyo en estos momentos críticos para el pontífice.