
El “evento canónico” dejó de ser solo una referencia de cómics o series: ahora es parte del lenguaje emocional de una generación que narra su vida como si fuera ficción. Y aunque suene gracioso, este término guarda una verdad: hay momentos que duelen, pero que definen.
De Spider-Man a tu corazón partido
Todo comenzó con “Spider-Man: Across the Spider-Verse”, donde los personajes no solo enfrentan villanos, sino la imposibilidad de evitar su canon event (evento canónico). ¿Qué significa eso? Un momento inevitable que te marca, para bien o para mal, pero que define tu historia.
Desde ahí, TikTok lo adoptó como parte de su lenguaje emocional: “Me tenía que pasar. Era mi evento canónico”. Y así, entre rupturas amorosas, despidos, traiciones, amistades que se enfrían o errores que duelen, se acepta la catarsis de lo que no se puede evitar, pero que al final te transforma.

¿Cómo sabes que tu evento ya fue canon?
No hay alertas. Solo lo sabes cuando algo cambia en ti. Cuando dejas una parte de ti en ese momento, cuando cierras una etapa, o cuando esa experiencia se convierte en un “antes y después”. El duelo, el crecimiento, el caos emocional… todo eso forma parte.
Algunos ejemplos:
- Te enamoras y te rompen el corazón 💔.
- Te mudas, dejas amigos atrás y te toca empezar de cero.
- Descubres que no eras el centro del universo de alguien.
- Cambias de carrera, te vas, renuncias, pierdes algo valioso.
Y aunque suena duro, a veces es la única forma de evolucionar.
¿Por qué lo aceptamos como parte del guion?
Porque en el fondo, la idea de que todo pasa por algo sigue viva. Nombrar el caos le da sentido. Y llamarlo evento canónico lo convierte en parte de una historia mayor: la tuya.
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Lejos de ser una moda pasajera, este término se ha convertido en una herramienta emocional para sobrellevar lo inevitable. Porque cuando tu vida no tiene control remoto ni opción de rebobinar, al menos puedes decir: “esto me tenía que pasar para avanzar”.
¿Y si tu canon event aún no llega?
Tranquilo. O tal vez ya pasó y no lo viste. A veces llega con gritos, otras en silencio. Pero llega. Porque crecer, perder, descubrir o equivocarte son parte del guion.
Como dijo alguien: “Mi evento canónico dolió, pero ahora escribo mejor mi historia”.