Flores, dragones y algo más…
Enamorarse y tener intimidad física puede ser relativamente fácil, pero encontrar a alguien que encienda el fuego en tu alma es una experiencia verdaderamente rara y mágica.
“Quédate con quien te mire como si fueras magia”.
Es como tropezar con una gema rara en un mar de piedras comunes: una conexión que trasciende lo superficial y toca los rincones más profundos de tu ser.
Cuando conoces a alguien que puede encender tu alma, es como si el universo conspirara para unirlos, tejiendo un tapiz de serendipia y sincronicidad que desafía toda explicación.
Hay un reconocimiento instantáneo, una sensación de familiaridad que va más allá de la mera atracción física o la química superficial.
Esta persona te ve como realmente eres: reconoce tu esencia, tus sueños y tus aspiraciones, y te celebra en toda tu complejidad y singularidad. Te inspira a crecer, a evolucionar y a convertirte en la mejor versión de ti mismo, a la vez que te acepta exactamente como eres, con defectos y todo. Con la luz y la sombra.
La conexión que compartes con alguien que puede encender tu alma es profunda, intensa y conmovedora. Es como si se conocieran de toda la vida y, sin embargo, cada momento que pasan juntos se siente fresco, emocionante y lleno de posibilidades.
En su presencia, te sientes vivo, despierto y completamente presente en el momento. Sus conversaciones fluyen sin esfuerzo, su risa es contagiosa y sus corazones laten en armonía con el ritmo del universo.
Aprecia estas conexiones raras y preciosas cuando las encuentres, porque son regalos del universo, un recordatorio de la belleza y la magia que existe en el mundo que nos rodea. Cultiva tu conexión, la intimidad y permítete ser completamente abierto y vulnerable con el otro.
Y recuerda: el amor verdadero no se trata solo de caer en los brazos del otro, se trata de encontrar a alguien que pueda encender tu alma, alguien que te vea, te acepte y te ame incondicionalmente por todo lo que eres.
Entonces, cuando encuentres esa conexión rara y especial, aférrate a ella con fuerza y atesórala con todo tu corazón.
Tu pareja influye en tu sistema nervioso, en tus decisiones, en tu descanso y hasta en tus creencias. Si no puede hacerse responsable de la energía que trae a la relación, será muy difícil encontrar la paz.
No solo eliges una pareja, eliges un espejo, un maestro, un compañero de equipo y un cocreador de tu futuro.
Puedes llevar una vida saludable, meditar y dormir ocho horas, pero si compartes tu vida con alguien que no asume el impacto emocional que genera, te vas a sentir mal.
Mereces una relación en donde tu cuerpo pueda descansar después de una larga jornada.
Y también necesitas ser el tipo de persona con la que alguien más pueda sentirse seguro.
No estás eligiendo solo una pareja, estás eligiendo cómo te vas a sentir contigo cada día.
No es solo amor lo que se necesita: es presencia, responsabilidad, coherencia, seguridad emocional.
El vínculo correcto no te agota, no te drena, te sostiene, te calma, te impulsa y en ese sostén, te expandes, te encuentras, te transformas y creces.
Elijamos desde la conciencia no desde la carencia, para estar en paz.
Luz, poder, magia y florecer
marliv73@gmail.com