Contrario a las dietas restrictivas que eliminan totalmente ciertos alimentos, un nuevo estudio sugiere que incorporar pequeñas cantidades de productos altamente deseados —como dulces, comida rápida o carbohidratos— dentro de un esquema nutricional equilibrado, podría ser más efectivo para perder peso y mantenerlo en el tiempo.
La investigación, desarrollada por expertos de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y publicada recientemente en la revista Physiology and Behavior, analizó a 30 personas con obesidad y condiciones asociadas como hipertensión y diabetes, en un seguimiento de dos años. Los resultados mostraron que “los participantes que incluyeron sus antojos dentro de un plan de alimentación controlado lograron mejores resultados que aquellos que los evitaban por completo”, según se detalla en el estudio.
Durante el primer año, 24 de los voluntarios redujeron su peso corporal en un promedio del 7,9%. En la segunda fase, centrada en el mantenimiento, 20 continuaron con el programa. A pesar de que algunos recuperaron parte del peso, la pérdida promedio se mantuvo en un 6,7%, lo que sugiere una mejora en la sostenibilidad del cambio.
Para el profesor Manabu T. Nakamura, especialista en nutrición humana y uno de los autores del trabajo, la clave radica en lo que denomina una “estrategia de inclusión”: integrar porciones pequeñas de alimentos deseados dentro de comidas estructuradas y completas. “Si tienes muchos antojos es muy difícil perder peso y aunque logres adelgazar, si los antojos regresan, es probable que también vuelva el peso perdido”, afirmó Nakamura.
Esta metodología plantea un desafío a la conocida teoría de las “células grasas hambrientas”, que sugiere que la reducción del tejido adiposo intensifica los antojos. En contraste, Nakamura sostiene que “mientras te mantengas en un peso saludable, tus antojos seguirán siendo bajos”.
El seguimiento se realizó con la ayuda de encuestas periódicas sobre la frecuencia e intensidad de los antojos y el uso de básculas conectadas a internet para registrar el peso corporal diariamente. Los datos indicaron que aquellos que lograron una reducción superior al 5% de su peso mostraron disminuciones sostenidas en el deseo por alimentos ricos en azúcar y grasa. Quienes perdieron menos peso, en cambio, no experimentaron estos beneficios.
Finalmente, los investigadores subrayan la importancia de la constancia por sobre la restricción: seguir horarios regulares, controlar las porciones y mantener patrones alimentarios estables son elementos determinantes para evitar recaídas. Más que una cuestión de voluntad, el éxito estaría vinculado con el enfoque realista y sostenible en la alimentación diaria.
