El panteón “Los Olivos” se llena de vida y recuerdos en el Día de Muertos en Cancún
En el corazón de la Región 99 de Cancún, el panteón municipal “Los Olivos” se convirtió este 2 de noviembre en un punto de encuentro entre la memoria y el amor.

Desde las primeras horas de la mañana, decenas de familias comenzaron a llegar con flores, veladoras, fotografías y ofrendas, para rendir homenaje a sus seres queridos en el Día de Muertos, una de las tradiciones más arraigadas en México.
El camposanto lució lleno de color y sentimiento ya que los pasillos, normalmente silenciosos, se transformaron en un espacio de convivencia y respeto, donde el dolor se mezcla con la nostalgia y el cariño.
Los visitantes caminaron entre las tumbas decoradas con cempasúchil, cruces, veladoras y coronas.
A las afueras del panteón, la escena era igualmente viva en donde se podían ver comerciantes locales que instalaron sus puestos de antojitos, flores, veladoras, coronas, refrescos y dulces tradicionales, convirtiendo el lugar en una pequeña feria de aromas y sabores típicos.

Muchos aprovecharon la ocasión para vender productos elaborados a mano o platillos caseros, manteniendo viva la esencia de las celebraciones populares.
No faltaron los músicos, quienes con guitarras y trompetas esperaban pacientes la solicitud de alguna familia para interpretar canciones dedicadas a los difuntos.
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Entre notas de mariachi y baladas nostálgicas, el cementerio se llenó de melodías que evocaban recuerdos y emociones, generando un ambiente de respeto, pero también de celebración por la vida que fue.
Varias personas llegaron desde temprano para limpiar las tumbas, colocar nuevas flores y pasar un rato acompañando a sus familiares fallecidos.
Algunos llevaron sillas, sombrillas y alimentos para compartir el día completo dentro del panteón, siguiendo la costumbre de convivir con quienes ya partieron, al menos una vez al año.
Para muchos, visitar “Los Olivos” en esta fecha no es solo una tradición, sino una forma de mantener el vínculo con el pasado, de enseñar a los más pequeños la importancia de recordar y honrar la historia familiar.
La jornada transcurrió en un ambiente de respeto, seguridad y alegría discreta, reflejando la manera en que los cancunenses combinan la devoción con la celebración.
El panteón municipal “Los Olivos” se convirtió una vez más en un escenario de reencuentros emocionales, donde la muerte se entiende no como final, sino como un lazo eterno entre generaciones.







