El Mercado 28 se llena de vida y color en el Día de Muertos: comerciantes reportan aumento de ventas
El Mercado 28 de Cancún, uno de los sitios más emblemáticos del destino, se encuentra en plena efervescencia en este inicio de noviembre.
Con la llegada de cientos de turistas nacionales y extranjeros, el tradicional centro artesanal luce repleto de visitantes que recorren sus pasillos para admirar, comprar y disfrutar del ambiente festivo que envuelve la temporada del Día de Muertos.
Desde temprano, los comerciantes abrieron sus locales decorados con flores de cempasúchil, papel picado y ofrendas alusivas a la celebración.
Los puestos ofrecieron una amplia variedad de artículos típicos como calaveras, veladoras, vasos decorativos y recuerdos artesanales, además de una extensa gama de souvenirs que reflejan la esencia mexicana.
De acuerdo con varios locatarios, las ventas durante estos días festivos registran un incremento de hasta un 70%, impulsadas por la gran afluencia de visitantes.
Los productos más solicitados son las playeras, vestidos bordados, sombreros, joyería artesanal y piezas de cerámica, que los viajeros adquieren como recuerdos o regalos para llevar a casa.
El Mercado 28, conocido por su ambiente pintoresco y la calidez de sus vendedores, se ha consolidado como un punto de encuentro obligado para quienes llegan a Cancún en busca de experiencias más auténticas y cercanas a la cultura local.
Además de su oferta artesanal, el lugar es famoso por sus fondas tradicionales, donde los aromas a comida típica invitan a degustar platillos representativos de la gastronomía mexicana.
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Comerciantes entrevistados coincidieron en que el flujo turístico durante estas fechas supera al de semanas anteriores, lo que representa un respiro económico para muchas familias que dependen del comercio local.
Algunos destacaron que el interés de los visitantes por conocer las tradiciones del Día de Muertos ha contribuido a fortalecer las ventas y mantener viva la identidad cultural del destino.
Entre risas, música y el sonido de los pasos de los turistas que recorren los andadores en un espacio donde la tradición, la cultura y el turismo se entrelazan.
