El templo del Sol: Kinichná, el tesoro maya de Quintana Roo en la ruta del pasado
Más allá de las imponentes ruinas de Tulum o Cobá, el sur de Quintana Roo esconde una joya arqueológica poco explorada: Kinichná. Este sitio, cuyo nombre se traduce como “Casa del Sol”, es un centro ceremonial que formó parte del antiguo reino de Cobá. Te contamos la historia de este enigmático lugar, su pirámide ceremonial y por qué es un destino de gran valor cultural para los amantes de la historia maya.
Kinichná: La Casa del Sol y el reino de Cobá
Kinichná es un sitio arqueológico que se encuentra a pocos kilómetros de la capital del estado. Su nombre maya, “Casa del Sol”, es una referencia directa al dios solar, Kinich Ahau, lo que sugiere que fue un importante centro ceremonial dedicado al culto del Sol. La ciudad, que fue un importante nodo comercial y político, formó parte del poderoso reino de Cobá, lo que la convierte en un lugar clave para entender la historia de la civilización maya en la región.
La gran pirámide ceremonial: Un viaje a la historia
El corazón de Kinichná es su imponente pirámide ceremonial, una estructura de varios niveles que se levanta sobre la selva. La pirámide es una muestra del estilo arquitectónico del Petén, característico de las tierras bajas mayas. Los arqueólogos han revelado que la estructura fue construida en diferentes etapas, con un templo en la cima, lo que la convierte en un lugar sagrado y un punto de peregrinación para los mayas.
También podría interesarte:
Un destino de aventura y contemplación
Kinichná es un destino para los amantes de la aventura y la contemplación. Al ser un sitio arqueológico menos concurrido que Tulum o Chichén Itzá, ofrece una experiencia más auténtica y tranquila. El recorrido, que te lleva a través de la selva, te permite conectar con la naturaleza y la historia de la civilización maya.
La importancia de la conservación para el patrimonio
La belleza natural y la singularidad de Kinichná lo hacen vulnerable a la sobreexplotación turística. Por ello, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y las autoridades locales trabajan para proteger este patrimonio cultural. La promoción de un turismo sostenible y el respeto a la naturaleza son la clave para preservar este lugar único para las futuras generaciones.
