La escalofriante leyenda de la casa embrujada de Cancún
Las “malas vibras” pueden acompañarte a casa, y una historia de Cancún lo demuestra. La leyenda de una casa embrujada en cierto fraccionamiento de la ciudad se volvió viral en redes sociales, en un relato que se mezcla con un pacto macabro y una maldición que se activó en un parque de la ciudad. Te contamos la historia de una casa que, por un tiempo, se convirtió en un infierno.
El encuentro que lo desató todo
La leyenda comienza una tarde en un parque de la avenida del Rey. Karline, una joven que paseaba a sus perros, se encontró con una familia que le presentó a su bebé de tres días de nacido. En ese momento, la joven no le tomó mucha importancia a este extraño suceso, pero al regresar a casa junto a su amiga Grecia, las cosas se complicaron: ruidos extraños, cosas que se movían de lugar y una energía pesada en su hogar.
La noche del terror y la huida
Los sucesos paranormales escalaron a una noche de terror. Grecia, sola en la casa, se encontraba en la habitación de Karline, cuando los cajones del clóset se movieron de la nada, se cerraron y se abrieron bruscamente. Consumida por el miedo, la joven le gritó a Karline que fuera por ella. Esa noche, ambas durmieron en casa de una amiga, ya que la presencia que las acechaba en la casa parecía real.
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El exorcismo y el pacto con el diablo
A la mañana siguiente, Karline llamó a un sacerdote para que bendijera la casa. Al llegar, el sacerdote le dijo que podía sentir una presencia malvada, diabólica, que se hacía más fuerte al llegar a su habitación. Después del exorcismo, los ruidos, voces y demás desaparecieron. Sin embargo, Karline, que buscaba respuestas, acudió con una mujer que practicaba brujería, quien le dijo que la madre del bebé había hecho un pacto para que un ente se fuera con la primera persona que viera a su bebé.
La maldición del parque que atemorizó a una comunidad
La historia de la casa embrujada de este famoso fraccionamiento es un recordatorio de que en Cancún, la magia, los mitos y las historias de terror están en todos lados, incluso en los parques y en los lugares más cotidianos. La leyenda se ha convertido en una parte de la cultura local, un recordatorio de que no se debe subestimar la energía de un lugar.
