Un legado de amor y leyenda: la Hacienda Mundaca en Isla Mujeres
Construida por un hombre marcado por el mar y el desamor, la Hacienda Mundaca permanece como uno de los vestigios más enigmáticos y románticos del Caribe mexicano.
Un escenario entre la historia y la leyenda
Ubicada en el corazón de Isla Mujeres, la Hacienda Mundaca es una de las construcciones más antiguas y con mayor carga simbólica en el municipio. Fue edificada en el siglo XIX por Fermín Antonio Mundaca y Marechaga, un navegante vasco que llegó a la isla tras una intensa vida en altamar —se dice que incluso participó en actividades piratas y trata de esclavos, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.
Mundaca se enamoró de una joven isleña llamada Martíniana Gómez Pantoja, conocida popularmente como “La Trigueña”. Deslumbrado por su belleza, decidió construir una hacienda que llevaría su apellido y que pretendía ser no solo su residencia, sino también el lugar donde ambos compartirían la vida. Sin embargo, el amor no fue correspondido, y La Trigueña nunca aceptó al hombre que le dedicó jardines, inscripciones y arquitectura.
Entre ruinas, inscripciones y un epitafio sin final feliz
Hoy en día, la Hacienda Mundaca está en ruinas, pero aún conserva restos de muros, un arco con inscripciones en latín y un pequeño cementerio donde Mundaca quiso ser enterrado. El epitafio que él mismo redactó no fue usado, ya que murió lejos de la isla, en Mérida, Yucatán.
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Pese al deterioro, el sitio es visitado por turistas atraídos por su atmósfera misteriosa y por los ecos de una historia que mezcla romanticismo, obsesión y tragedia. Hay quienes afirman que el espíritu de Mundaca aún ronda el lugar, aferrado a su amor no correspondido.
Turismo cultural con alma
La hacienda forma parte de los recorridos históricos y culturales de Isla Mujeres. Desde hace años, diversas voces locales han pedido su restauración como patrimonio arquitectónico y testimonio de una época donde la pasión y la leyenda se funden con la piedra. La Hacienda Mundaca no es solo una construcción: es un símbolo de amor perdido en el trópico, de un tiempo donde los hombres del mar lo apostaban todo por una promesa.
