
Los meteorólogos de la NOAA o Centro Nacional de Huracanes de Miami, predicen que este año en el Atlántico habrá actividad ciclónica superior a lo normal
Por: Ángel Balán
Este jueves 22 de mayo la agencia de predicción climática estadounidense, NOAA, ha revelado sus pronósticos respecto a cómo será la temporada de huracanes 2025, poniendo sobre la mesa que es mucho más probable que en las próximas semanas se pueda ver mucha actividad en el Atlántico, Caribe y Golfo de México.
El pronóstico conciso de la NOAA para la temporada de huracanes del Atlántico de 2025, que iniciará el próximo 1 de junio y concluirá el 30 de noviembre, predice un 30 por ciento de probabilidad de sea una temporada casi normal, y ve la posibilidad de un 60 por ciento de probabilidad de una temporada por encima de lo normal y un 10 de por ciento de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal.
La agencia pronostica un total de 13 a 19 tormentas con nombre. De estas, se pronostica que entre 6 y 10 evolucionarán hasta convertirse en huracanes categoría 1 y 2, y de estos entre 3 y 5 llegarán a la categoría de huracanes mayores (3, 4 o 5).
Cabe aclarar que esta agencia aseguró en su informe tiene un 70 por ciento de confianza en estos rangos antes mencionados.
“Como vimos el año pasado con las importantes inundaciones tierra adentro causadas por los huracanes Helene y Debby, el impacto de los huracanes puede extenderse mucho más allá de las comunidades costeras”, declaró Laura Grimm, administradora interina de la NOAA.
Factores de las predicciones de la NOAA
Primero y a causa de las continuidad de las condiciones neutrales del ENSO, se espera que la temporada sea superior a lo normal debido a una confluencia de factores, las temperaturas oceánicas más cálidas que el promedio, pronósticos de cizalladura del viento débil y la posibilidad de una mayor actividad del monzón de África Occidental, principal punto de partida de los huracanes del Atlántico.
Todos estos elementos tienden a favorecer la formación de tormentas tropicales.
Se prevé un alto contenido de calor en el océano y vientos alisios reducidos. El mayor contenido de calor proporciona más energía para impulsar el desarrollo de las tormentas, mientras que los vientos más débiles permiten que las tormentas se desarrollen sin interrupciones.
Esta temporada de huracanes también presenta la posibilidad de un desplazamiento hacia el norte del monzón de África Occidental, lo que produce ondas tropicales que generan algunas de las tormentas atlánticas más fuertes y duraderas.