Misterio en el corazón de Cancún: la leyenda del puente y los aluxes
En la entrada de la Zona Hotelera de Cancún, un puente elevado esconde una leyenda maya que sigue viva entre trabajadores y habitantes del Caribe mexicano: la historia de los aluxes y su pacto con los ingenieros.
Un puente que no se dejaba construir
En la década de los noventa, durante la construcción del puente ubicado en la entrada de la Zona Hotelera de Cancún, los ingenieros enfrentaban constantes retrasos. Las estructuras colapsaban, los avances eran destruidos por lluvias inexplicables y nadie lograba explicar por qué la obra no progresaba. Fue entonces cuando los obreros locales recordaron una antigua advertencia de la cosmovisión maya: estaban perturbando el hogar de los aluxes, seres pequeños, invisibles y traviesos que custodian la selva y los caminos.
Con raíces en las creencias mayas, los aluxes son considerados espíritus guardianes de la naturaleza. Si se les falta al respeto o no se les pide permiso, pueden provocar todo tipo de problemas. Según los relatos de los trabajadores, todo comenzó a fluir cuando los ingenieros accedieron a hacer una ofrenda y construir una pequeña casita para ellos.
La casita de los aluxes: un pacto con la tradición
Justo debajo del puente, aún hoy, se encuentra una pequeña estructura de piedra que ha pasado desapercibida para muchos turistas. Sin embargo, para los cancunenses, esta es la “casa de los aluxes”, construida como una ofrenda para calmar su enojo y permitir el avance de la obra. Desde que se erigió, no se volvió a presentar ningún incidente importante.
Esta historia, contada de boca en boca entre trabajadores, taxistas y pobladores, se ha convertido en parte del folclore urbano de Cancún. Incluso guías turísticos y locales la incluyen en sus recorridos, como un recordatorio de que el desarrollo y la modernidad deben convivir en armonía con la historia y la espiritualidad del lugar.
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Un legado vivo en la cultura de Cancún
Hoy, la leyenda del puente de Cancún y los aluxes no solo perdura, sino que forma parte del imaginario colectivo. Representa el respeto por la tierra, la sabiduría ancestral y la convivencia con el entorno natural, conceptos que siguen siendo fundamentales en el desarrollo urbano del Caribe mexicano.
Incluso en las nuevas construcciones, muchos trabajadores y arquitectos aún piden permiso a los aluxes, siguiendo esta tradición. Porque aunque el puente ya está terminado, el espíritu de los aluxes sigue presente en cada rincón de la selva que alguna vez protegieron.
