Chetumal resurgió de las ruinas: la ciudad que venció al huracán Janet
En 1955, el huracán Janet arrasó con Chetumal, dejando destrucción y muerte. Lo que siguió fue una transformación urbana sin precedentes, marcando el renacimiento de una ciudad que se rehízo con visión, fuerza y modernidad.
La tormenta que lo cambió todo
El 27 de septiembre de 1955, Chetumal enfrentó uno de los episodios más trágicos de su historia: el impacto del huracán Janet, un fenómeno de categoría 5 que arrasó la capital de Quintana Roo. Con vientos de más de 280 km/h, el ciclón destruyó el 90% de las viviendas —muchas hechas de madera— y dejó un saldo de al menos 500 muertos. Fue un desastre natural que paralizó la ciudad, pero también dio paso a una nueva etapa de su desarrollo.
Respuesta inmediata y reconstrucción
La magnitud del desastre obligó a una respuesta urgente por parte del gobierno mexicano. Se enviaron víveres, se habilitaron refugios y se iniciaron trabajos de limpieza. Incluso la Armada estadounidense colaboró con suministros. Esta coordinación marcó el inicio de un plan de reconstrucción sin precedentes en el estado. Fue también un punto de inflexión para la historia de Chetumal, que hasta entonces carecía de infraestructura urbana sólida.
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Modernización: de la tragedia al progreso
El desastre provocó una transformación urbana completa. Las viviendas de concreto comenzaron a sustituir las casas de madera, se pavimentaron calles y llegaron servicios como agua potable, drenaje y electricidad. Chetumal se convirtió en un ejemplo de planeación post-desastre. El monumento al Renacimiento, en el Boulevard Bahía, honra hoy la memoria de esa tragedia y la resiliencia del pueblo chetumaleño.
Un legado que sigue vigente
La experiencia del huracán Janet dejó lecciones valiosas sobre la prevención y la importancia de una infraestructura urbana resistente. Hoy, Chetumal recuerda con orgullo cómo, desde las ruinas, construyó una nueva ciudad, más fuerte, más moderna y con identidad propia. Su historia es testimonio de adaptación, fortaleza y renovación.
