Opinión

La Uva Pedro Ximénez y sus mil caras

Sandra Fernández

Imagínate una joyería que solo trabaja una piedra preciosa y la moldea para transformarla en los más bellos y diferentes accesorios.

Así puedo describirte la región de Montilla-Moriles, en Andalucía, España, con su piedra preciosa, la uva Pedro Ximénez.

La historia cuenta que un soldado alemán de nombre Peter Siemens lleva la vid desde el Rin a España en el siglo XVII y su castellanizado nombre termina en Pedro Ximénez.

Aquí la Pedro Ximénez es vino seco y mineral con una acidez insospechada, también es fino y es oloroso y puede transformarse en palo cortado y amontillado. Todos ellos son nombres de vinos que estarás, en tal caso, acostumbrada o acostumbrado a escuchar en la región de Jerez.

Aquí, en Montilla Moriles la uva Pedro Ximénez se transforma también en vinos de mesa secos, únicos en su tipo, ya que no es una uva que veas desarrollándose o experimentando en otras regiones vinícolas del mundo fuera de las latitudes de Andalucía, y por qué, como comenté anteriormente, la conocemos gracias a sus vinos dulces.

En Alvear conviven las elaboraciones de esta uva en vino seco tranquilo llamado Tres Miradas que me quede sorprendida por su perfil mineral a tiza, cal, piedras porosas, manzana roja, y muy alta acidez.   

Para entenderla y conectar con esta cepa y sus fascinantes procesos de elaboración y crianza no hay mejor personaje en el mundo que Bernardo Lucena, enólogo de Alvear.

La bodega más histórica de la zona y más antigua de Andalucía (1729) con vides, parajes, soleras y sala de crianza patrimonial que ocupan un cuadrante completo de la Ciudad de Montilla y otra más al norte pasando el cruce del arroyo Benavente.

Pasar un día en Alvear de mano de Bernardo es como regresar al salón de clases, pero esta vez, el salón es el campo, la naturaleza. Montados en un todoterreno y quitando ramas de árboles de olivo del camino por los fuertes vientos e inesperada lluvia que cayó la noche anterior, vamos rumbo al monte a entender la zona.

Esperando no estancarnos, porque milagrosamente ha llovido, llegamos a la cúspide donde están los viñedos más antiguos de Pedro Ximénez, el impresionante Lagar antiguo Las Puentes y absorber cada palabra llena de experiencia de Bernardo y de Inma jefa de enoturismo que con una elocuente brillantez y luminosa presencia te comparte la historia de familia.

Me cuenta que la zona estuvo bajo el océano hace millones de años, dejando tierra llamada albariza o albero.

El Lagar es patrimonio histórico con sus tinajas de cemento en forma de huevo donde se está criando el vino beneficiado por el movimiento natural al interior provocado por la forma y las micro diferencias de temperatura al interior logrando un movimiento de convección pausado, perceptible solo por la untuosidad y complejidad que le va dejando al vino.

Una vez terminado el proceso, la decisión de vida y personalidad entra en juego.  Ese vino se podrá convertir en fino, un estilo de vino en Jerez conocido por sus aromas a velo flor que reflejan almendra blanca, alcaparra y aceituna verde o bien entrará a las soleras históricas de oloroso o palo cortado bajo la sombra de techos centenarios y aromas ha guardado o bien será un Pedro Ximénez dulce untuoso, profundamente exagerado y precioso lleno de fruta de hueso, durazno, naranja, miel, polen, almíbar, madera desgastada, como el que gano 100 puntos Parker hace años, añada 2021 el mejor del mundo.

Historia viva de una bodega que genera uno los vinos más emocionales del mundo.

@bodegas_alvear

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