A pesar de los esfuerzos realizados por los Servicios Estatales de Salud en Quintana Roo, la entidad cerrará el año como la tercera con más casos de dengue, registrando cuatro mil 589, diez veces más que el año pasado. A medida que se acerca la temporada invernal la actividad del vector se reduce, de ahí la importancia de la limpieza de patios para frenar la epidemia.
Aunque los mosquitos adultos reducen su actividad durante los meses más fríos, la temperatura en el interior de las viviendas los mantienen en actividad. Solo a muy baja temperatura mueren tanto los adultos como las larvas, según Rigoberto Caamal Acevedo, jefe de área de Vectores de la Jurisdicción Sanitaria No. 1.
“El dengue es cíclico, nos afecta cada cuatro o cinco años. Para atenderlo es un trabajo conjunto entre el municipio, el gobierno estatal y federal, Pero necesitamos concientizar a la gente sobre la importancia de eliminar criaderos, como latas, botellas y cacharros”, señaló Caamal Acevedo.
En un estado con un alto movimiento de personas, contener una enfermedad epidemiológica es un desafío, por lo que se requiere un esfuerzo compartido desde los hogares. En Othón P. Blanco, por ejemplo, se han recolectado 235 toneladas de cacharros este año, por lo que la participación ciudadana sigue siendo crucial.
“En la comunidad falta que haya mayor participación en la eliminación de criaderos en sus hogares. Si el mosquito brota en la casa, ahí permanece”, agregó.
Caamal Acevedo explicó que cada hembra de mosquito puede depositar huevecillos hasta cuatro veces en su vida, alrededor de 400 al mes, en recipientes del tamaño de una tapa de refresco o incluso en algunas plantas.
Estos huevecillos pueden sobrevivir sin eclosionar hasta dos años, esperando condiciones de humedad favorables para brotar. Aunque la nebulización realizada por la SESA afecta al mosquito adulto, los huevecillos son más difíciles de atacar y requieren la cooperación activa de la comunidad.