El pochitoque, también conocido como casquillo o tortuga de río, es un platillo emblemático de la gastronomía tabasqueña que ha generado fascinación y controversia a partes iguales. Su peculiar ingrediente principal, la carne de tortuga, ha convertido a este manjar en un referente cultural de la región, pero también ha despertado debates sobre su impacto ambiental y la ética del consumo de especies en peligro de extinción.
A pesar de las controversias, el pochitoque sigue siendo un plato muy apreciado por los tabasqueños, especialmente durante la Semana Santa. Su preparación tradicional consiste en cocer la carne de la tortuga en un caldo especiado con hierbas aromáticas y achiote, para luego servirla en tacos o desmenuzada. Se dice que el sabor del pochitoque es suave y ligeramente dulce, con un toque de mar que lo hace único.
Más allá de su sabor, el pochitoque está profundamente arraigado a las tradiciones y costumbres de Tabasco. Su consumo forma parte de la identidad cultural de la región y se asocia a celebraciones y eventos especiales. Además, se le atribuyen propiedades afrodisíacas y medicinales, lo que aumenta su valor simbólico y cultural.
Sin embargo, la popularidad del pochitoque ha tenido un impacto negativo en las poblaciones de tortugas de río, particularmente la especie Podocnemis kempii, considerada en peligro crítico de extinción. Esta situación ha generado un intenso debate entre los defensores de la gastronomía local y los ambientalistas, quienes buscan proteger a estas especies vulnerables.