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Cómo identificar las coladeras de drenaje sanitario y cómo cuidarlas para evitar inundaciones

Pensar en la palabra “drenaje” suele ser un sinónimo inequívoco de aguas residuales, e incluso, muchas
personas aún creen que este recurso urbano sólo se traduce en “malos olores” debido al paso de agua.

En realidad, los drenajes cumplen con funciones específicas que van más allá, ya que dependiendo de su
estructura y propósito, ésta serie de tuberías se encargan de mitigar las inundaciones de la ciudad producidas por las lluvias, o bien, de trasladar las aguas residuales hacia plantas de tratamiento específicas (como las de Aguakan) para sanearlas por completo.

¿Cuáles son los diferentes tipos de drenaje y por qué hay que distinguirlos?
A grandes rasgos, la mayor parte de las ciudades cuentan con dos tipos de drenaje: el drenaje pluvial y
el drenaje sanitario. En primer lugar, el drenaje pluvial es el que se encarga de mitigar las inundaciones
derivadas de las lluvias. En principio, puedes reconocer el inicio de su estructura por las grandes rejas
rectangulares cerca de las banquetas que la componen; en este caso, es esencial que la basura sólida, las
ramas de los árboles, las hojas, y demás desechos no tapen las rejas para que el nivel del agua no se eleve demasiado durante la temporada de lluvias.

Luego, en segundo lugar, tenemos al drenaje sanitario, ese que empieza en el lavabo, en el patio, o en el
retrete de tu hogar. A diferencia de los drenajes pluviales, los drenajes sanitarios no cumplen sólo una función receptora, sino que además, suelen trasladar el flujo de aguas residuales hacia plantas de tratamiento para que sean tratadas y posteriormente reinyectadas al manto salino a más de 100 metros de profundidad, bajo nuestro suelo. Por lo mismo, es indispensable que desde tu hogar, nunca tires sustancias peligrosas por el drenaje, ya que esto puede obstaculizar el proceso industrial de saneamiento, y en el peor de los escenarios, causar graves daños a la posible potabilización del agua y/o a la salud pública.

De la misma manera, los ciudadanos no deben abrir por sí mismos las alcantarillas o drenajes que vean en la calle; ya que esto puede interrumpir el flujo normal del agua pluvial, llegando incluso a mezclarse con las aguas residuales destinadas al tratamiento, y representando más riesgos para el funcionamiento usual de los drenajes y para la salud pública en general. Sólo el ayuntamiento y los equipos certificados pueden encargarse de manipular debidamente los drenajes.

Desde casa, la mejor forma de ayudar con los drenajes sanitarios es manteniendo las coladeras limpias y
destapadas; y en la calle, es indispensable barrer adecuadamente los residuos sólidos para que estén lejos de los drenajes pluviales.

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